- Año: 2015
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Fotografías:Fernando Alda
[ estructura del terreno ]
Situado en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, junto a la Cueva de Nerja, y abierto al brillante barrido del mar, la intervención mantiene la continuidad de la ladera ligada al tránsito del caminante, para en ese manto diseminar el programa de infraestructuras como piezas de mobiliario urbano. Las pisadas se guiarán por caminos terrizos, unas veces adheridos al sustrato y otras elevados para salvar una vaguada o para simplemente ser accesibles. Los espacios cubiertos que generan esos recorridos serán habitables por inclusión de esas piezas, de dimensiones ajustadas a su funcionalidad, esparcidas sobre el territorio, sobre la textura de naturaleza que se va a exponer.
[ camino ]
El acceso se produce a través de un mirador que nos dirige al Jardín, situado en un plano inferior, al que se desciende por un camino que nos envuelve transformándose en cubierta de usos como: recepción – información, administración y tienda – herbolario. Atravesando ese filtro se puede seguir descendiendo pasando por el aula‐abierta de la naturaleza hasta detenernos en el espacio de la laguna y rocalla. Si optamos por la subida nos encontramos con el aula‐ taller y el laboratorio, cercano al área de vivero y huerto, hasta alcanzar en la cima un mirador en el que poder divisar todo el horizonte marino.
[ espacios funcionales ]
Varios módulos conformados como espacios de distintos usos se distribuyen por el Jardín, conectados con el viandante y a veces implantados a modo de observatorios donde ver sin ser visto. Un mismo tratamiento uniforme podrá albergar desde aulas hasta almacenes. Sobre ellos, unas veces se transitan y son auténticos caminos terrizos y otras sirven como soporte expositivo de vegetación como es el caso de las cubiertas ecológicas‐aljibe que prolongan la ladera. En éstas se mantiene el agua de lluvia hasta su uso, continuando el ciclo biológico de esta porción de naturaleza.
[ textura ]
El color de la tierra, de los montes pasa a formar parte de la construcción en caminos y muros. La estructura de hormigón visto, envolvente en techo suelo y muros, realza la idea de cueva, siendo el material que uniforma el interior y conecta de manera continua con el exterior. La madera en sus distintas versiones: vetas en hormigón o natural en celosías, aproxima la construcción de los elementos funcionales a los de mobiliario urbano. El óxido de hierro se presenta como elemento ligero en protecciones y soportes. El tiempo aportará su presencia como la textura que conecte lo natural con lo alterado.
[ idea de lugar ]
La arquitectura, diseminada, se esparce en el territorio para dotar de servicios al camino expositivo. A diferentes escalas, se disponen piezas de aseos, aula, información, papeleras, bancos, etc. Como grandes grapas de acero oxidado que cosen el territorio, se conforman cierres, pérgolas, barandillas, galerías y puentes. De esta forma, la arquitectura, pasa a ser, estructura para que trepadoras la cubran, soporte de vegetación, elementos acotados y justos para la función que se asigna, como papeleras, bancos... Elementos a través de los que pasan la brisa y las vistas.
Los caminos, adaptados a las curvas de nivel conforme a la línea de máxima pendiente para que puedan transitar personas con movilidad reducida, se situarán en capas distintas a las distintas especies y colecciones expuestas en el jardín, para así naturalizar el jardín. Estos caminos terrizos, se elevan para salvar accidentes topográficos o se despegan del sustrato como la pasarela‐umbráculo, que aprovecha su elevación para disponer un espacio escénico, de estancia y sombrío entre la vegetación, donde poder observar y reunirse. La edificación emerge sobre el paisaje plegándose para entornar la vista, en forma de miradores cubiertos.
[ espacio botánico ]
Basado en el principio de la naturalización del lugar, el jardín botánico se implanta siguiendo esquemas sencillos de distribución y crecimiento de la flora a exponer, que si bien, se condensa en esta porción de territorio, siendo una representación de las colecciones autóctonas de la provincia, tiene que dialogar y establecer una continuidad con el entorno. Un guía, un jardinero y un biólogo, será la dotación en medios humanos previstos para el mantenimiento del mismo.
La bajada al jardín separa el flujo al mismo de las traseras del restaurante, vinculándolo directamente con el mar, aprovechando la ladera. La naturalización del entorno será un proceso lento y adecuado a la propia evolución de la flora a preservar. Pavimentos terrizos y mallas para trepadoras, conforman un tejido vegetal que aporta otro nivel de topografía superpuesto y cambiante en función de las distintas estaciones del año que se mostrarán dotando de vida al entorno.
Se talan pinos de manera sistemática, en esta primera fase de construcción, sólo los necesarios para ello y más adelante se irán sustituyendo por vegetación autóctona, para crear una continuidad botánica según piso altitudinal.
Una malla metálica de simple torsión reforzada con tirantes de acero inoxidable, confieren una imagen del Parque Natural al que pertenece y preserva. Las grapas que unen a las distintas intervenciones se sustituyen por postes de madera para realizar una transición. La mampostería, tan presente en la zona y en el recinto de la Cueva de Nerja, conforma pequeñas contenciones de terreno y parterres.
Bancales a modo de huerto educativo se ubican en la entrada secundaria del jardín, propiciando un acceso alternativo en caso de dar uso exclusivamente al aula de la naturaleza, espacio interior para mayores reuniones, charlas y eventos, complementados con un anfiteatro realizado en el exterior, en el umbráculo de la pasarela.
Otro punto de descanso está junto a la charca, ubicada en la vaguada natural, lugar donde pararse a disfrutar de la frondosa vegetación y el sonido de la fauna propia de estos ambientes, como ranas y otros anfibios.
Un sendero más natural, simplemente exculpido y limpiado, adaptado al monte, nos conduce al mirador situado en la parte más elevada del jardín, para disfrutar de las vistas de las costas de Nerja y Maro. El mirador se inclina para evitar visualizar la autovía inmediatamente inferior y dirigir las vistas hacia el horizonte.